Escapar de la violencia doméstica, de la intimidación en la escuela, del acoso, del maltrato de un profesor que desconoce la tragedia silenciosa. Un niño se refugia en un frágil universo con fronteras de tiza y números, un diminuto escenario sobre el cual baila y realiza su huida de la infeliz realidad donde sobrevive.
«Como bailar es más que mover el cuerpo, tratamos de contar una historia a través de cualquier tipo de danza», afirman los cineastas en su sitio web. «Nuestro objetivo es convertirnos en una gran fuente de inspiración para todos, sin importar si son bailarines o no. La inspiración cambia el mundo y aporta nuevas esencias a la vida», agregan.
El breve atisbo a las jornadas de este chico asediado por la violencia, que encuentra en el baile un camino personal hacia la paz, nos revela otro de los rostros de la fortaleza humana. Aun en el más sombrío de los tiempos, nos habitan energías suficientes para convertir un callejón sin salida en un campo abierto por la imaginación. El dolor de este pequeño transformado en arte: no hay mejor metáfora del irreductible espíritu humano.