Vivir muriendo. Cuando sumas todos los elementos de la marginalidad, el resultado es la violencia extrema, la muerte asegurada. Es un destino trágico, casi insalvable para el que decide iniciarse en lo prohibido. Quienes deciden expresar la rabia de su odio, la dirigen hacia quienes resultan ser más indefensos o malviven en las cunetas de una sociedad que ha decidido ni oir ni ver. Ser gay, ser pobre, ser víctima, ser invisible.