Pepe Perea Perdigones, vecino de Alcorcón, no es joven (tiene 74 años), no sobrepasa el metro sesenta, no tiene una esposa que responda al canon anglobotox de belleza, no posee un descapotable. Sin embargo, por extraño que parezca, Pepe Perea Perdigones es feliz. ¿Cómo es esto posible?
Dirigido por Lucina Gil, fue galardonado con del Premio Goya 2007 al Mejor cortometraje documental.